El nacimiento del Profeta |
En el nombre del Altísimo Dice Allah: «Hay en sus historias motivo de reflexión para los dotados de intelecto»1. Evidentemente las historias se refieren al pasado. El Corán usa y aprovecha esta herramienta y medio para llamar la atención de la gente a reflexionar sobre su futro lejano y de corto plazo, basándose en la contemplación y estudio del pasado, porque el pasado representa el respaldo del presente. Es una plataforma sobre la cual se sienta y descansa nuestro presente. Así que nunca se puede prescindir de él, puesto que forma parte de la identidad que distingue una persona de otra, un pueblo de los demás y una nación entre las naciones. Por tanto el pueblo que no se acuerda de su pasado es un pueblo ganado, independientemente de los rasgos que caracterizan este pasado: podría ser negro oscuro como que podría ser luminoso y brillante. No obstante de los dos se pueden sacar enseñanzas y se aprenden lecciones. Precisamente, hoy nos encontramos aquí para remontarnos al pasado, a nuestro pasado. Nuestra fuente que nos provee, suministra y nos provisiona todo aquello que redunde en nuestro beneficio tanto en este mundo como en el mundo del mas allá. Estamos aquí para asomarnos a una franja de tiempo que ilumina nuestro presente y futuro a la vez. Cuando digo remontar al pasado no significa para nada sumergirnos y hundirnos en la historia. No me refiero a quedarnos anclados en el terreno de acontecimientos que sólo se reflejan en los libros viviendo ilusiones embriagados por aquellos tiempos de oro como si soñáramos en un estado de somnolencia profunda y cuando nos despertamos nos topamos con la pura y dura realidad que no cesa de incrementar sus retos y desafíos a los seguidores de quien estamos aquí celebrando el aniversario de su nacimiento. Repito que no estamos aquí solo para recordar sucesos y por consiguiente lloramos cuando se trata de una tragedia o mostramos alegría y júbilo cuando se trata de tiempos de esplendor, orgullo y grandeza que crearon nuestros ancestros y antepasados. Desde luego al señalar el hecho de llorar o regocijar no me refiero, en absoluto, a congelar nuestros sentimientos ni mucho menos porque la afectividad es un instinto intrínseco de la condición humana, no podemos ignorarla o renegar de ella. Eso es cierto pero también es cierto que lo ideal y correcto sería fundir la afectividad con el entendimiento, el sentir con el pensar la emoción con el raciocinio o intelecto. No cabe lugar a dudas que solo con esta filosofía y modalidad podemos sacar beneficios a nuestros encuentros, a nuestras celebraciones tanto de nacimiento como de fallecimiento del Profeta y los imames (con ellos todos sea la paz de Allah). Solo con esta visión eficiente lograremos evitar la esterilidad de nuestros festejos y por ende convertirlos en campos fecundos, productivos, útiles, beneficiosos y fructíferos. En virtud de esta perspectiva me gustaría tocar este tema que nos va a ocupar hoy enfocando. Nuestra celebración desde el ángulo coránico. Dice Allah: «Y recuerda puesto que el recuerdo beneficia a los creyentes»2. Independientemente de los factores y circunstancias que causaron la revelación de esta aleya no conviene limitarnos y encerrarnos en aquellas circunstancias, al contrario convendría romper las vallas de tiempo y espacio para proyectar el espíritu de la aleya en la vida del creyente este donde este porque así mantenemos viva la aleya y salvaguardamos la atemporalidad de su mensaje. La aleya dice «Y recuerda», una orden atemporal que moldea todas las circunstancias, encaja con cualquier espacio y entra en armonía con todos los tiempos. Significaría esto que los beneficios que se logran varían en función del tipo de recuerdo y de su magnitud. Así que a veces el recuerdo puede generar el beneficio al nivel individual, otras veces al nivel grupal, en ocasiones al nivel social y como no incluso al nivel estatal. Esta aleya para mi forma parte del cuerpo teórico coránico con el fin de generar cambios en la sociedad: Rectificar errores, evitar desviaciones y establecer la justicia que anhelan todos los oprimidos del mundo. Tenemos como testimonio histórico el cambio que tuvo lugar en la época del Profeta (PBd): Un fruto del recuerdo profético, pero también en la era contemporánea, la República Islámica es un fruto vivo y candente a raíz de un tipo de recuerdo que brindó el Imam Jomeini a su pueblo, sino a toda la Umma islámica, un llamamiento a la toma de conciencia y una lucha incesante acompañada de amarguras y dificultades. Fíjense, el abanico de frutos que produce el recuerdo: Desde el beneficio que pueda conseguir un derviche en su retiro hasta la desmembración y el desmoronamiento de tiranías milenarias. Ahora bien, cabe preguntar, pues ¿qué beneficios podemos conseguir de esta celebración?. Recordar al Profeta (PBd) es recordar su nobleza, su honradez, su misericordia, su indulto, su altruismo, su filantropía… una gama de virtudes que caracterizan la personalidad del Profeta (PBd) y no es en vano que Allah se dirigió a él diciéndole: «Eres sí de eminente carácter»3. Recordamos la paciencia del Profeta (PBd) en el sendero de la predicación al islam: Veintitrés años de sufrimientos continuos, el tercio de su vida desde que tomó el relevo de la profecía. Se enfrentó a todo tipo de diicultades sin embargo no perdió nunca el control de su nafs. Cuando se fue a Taef4 para invitar a la tribu de Zaquif a escuchar la palabra de Allah, la respuesta era el rechazo y que sus hijos le apedrearon. Se tuvo que regresar y refugiarse a una finca, pues, lo único que hizo, levantó sus manos diciendo: “¡Oh Allah!, si no fuera lo que me ocurrió por motivo de tu ira y enfado conmigo, no me preocuparía”. Porque al Profeta (PBd) lo único que quiso conseguir era la complacencia y agrado de Allah. Incluso más, cuando le dijo Gabriel: “Allah me ordenó con tu permiso aniquilar este pueblo”, el Profeta respondió: “Ruego a Allah que guie sus descendencias al camino recto”5. Aprendamos, pues, del Profeta (PBd) contener nuestra ira en pro de la hermandad. Paciencia y paciencia si nos insultan, calumnian, injurian... para el bien de la comunidad. Desde luego que no podemos abarcar todas las virtudes del Profeta (PBd) en este encuentro, tampoco es de gran interés detenernos en el ámbito puramente histórico. La dimensión práctica en este aniversario es lo que más nos interesa, y lamentablemente lo que brilla por su ausencia. Así que festejar este día equivale a renovar los compromisos con el Profeta (PBd), significa revisar nuestra relación con él, comprobar si de verdad somos seguidores del Profeta (PBd).Conmemorar este día requiere que reflexionemos profundamente sobre nuestras conductas, posturas y el papel que hemos de desempeñar sobre todo en estos tiempos en que los enemigos del islam y los protagonistas de la corrupción siguen bombardeando ininterrumpidamente con tantas y tantas calumnias, injurias y blasfemias a nuestro ejemplo, modelo y símbolo de la paz: El Profeta (PBd). Pues ante esta rabia de islamofobia la mejor respuesta sería incrementar nuestra relación con nuestro Profeta, intentar al máximo seguir sus pasos, corporizar sus principios y materializar sus caracteres. Es el único arma que nos puede proteger contra la campaña propagandística, tergiversadora que intenta desfigurar tanto la imagen del Profeta como su mensaje. Pero hemos de señalar también que existe una realidad dolorosísima que sirve de caldo de cultivo a todas estas insidias y conspiraciones que no podían afectarnos si no fuera por los resquicios que favorecemos nosotros mismos, gratuitamente, cuando nos peleamos, nos odiamos, nos insultamos, prejuzgamos unos a otros. Cuando nos hundimos en discusiones bizantinas, mientras el verdadero enemigo bombardea, ataca, invade, derrumba casas, destroza cultivos, arranca árboles, expulsa a familias, envia drones para espiar y atacar, etc… y nosotros en nombre del Islam nos matamos los unos a otros y nos autoproclamamos representantes de Allah: mandamos unos al paraíso y muchos al inierno. 2 Los que avientan, o los vientos huracanados (55) (regreso) 4 Taef: Ciudad de la Península Arábiga situada a los sesentaiocho Km aproximadamente de la Meca. (regreso) 5 El hadiz se encuentra en varios libros de la historia del Profeta (PBd), entre ellos: “Assira al halabía”, tomo1, pag: 499. (regreso) Ibrahim Abu Sumaya |